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Las vacaciones aprovéchalas bien

Por Roberto Rojas

Las vacaciones son un tiempo privilegiado para por un lado, convivir con la familia, enriquecer la cultura y robustecer las habilidades sociales y por otro, educar a los hijos en la libertad.

Cuando los hijos concluyen un ciclo escolar generalmente piensan ¿a dónde iremos de vacaciones? y poco reflexionan sobre ¿para qué aprovecharemos nuestras vacaciones?

Es lógico que sea así porque –mientras lo hijos viven en casa- el nivel de madurez de los Hijos es ordinariamente sensiblemente menor, que el nivel de los Padres.

Los Padres somos los primeros responsables de la formación de los Hijos en su libertad y el tiempo de vacaciones es un privilegiado para ganar en este propósito: que los hijos puedan madurar un poco más.

¿Cómo sabremos si las vacaciones les ayudan a crecer el madurez? Podríamos decir que si les permiten conocerse mejor, dominarse más, aprender de sus errores y ser más responsables, hemos tenido un éxito rotundo en ese plan vacacional.

Quizá ayude mucho al éxito de las vacaciones, esta final acotación que hacemos: un plan vacacional. Es poco común que hagamos un buen plan de vacaciones porque entendemos que estas son “para descansar” y a la vez, suponemos que descansar es “no hacer nada, estar tirado en la arena, tomar el sol por horas y días, comer a placer, ver televisión todo el día, olvidarse de todas las obligaciones, etc” Este es un gran error y además, es muy común.

Obviamente no se trata de que las vacaciones sean un encuartelamiento de entrenamiento militar, por supuesto que no. Pero es un error pensar que descansar es equivalente a no hacer nada.

Entonces lo primero para unas vacaciones bien aprovechadas es tener en mente que descansar no es hacer nada, sino algo distinto a lo ordinario que permita recuperar fuerzas, para retomar con más brío la vida cotidiana, con más ilusión las motivos y con más fuerza las metas.

La segundo es hacer un plan “dialogado” con la familia, especialmente con los Hijos, con todos los hijos. Mientras se realiza el plan por los Hijos, los Padres conviene se dediquen a definir los criterios que vivirán en las vacaciones; pues esos criterios serán los que definirán por qué sí visitar un lugar y otro no, qué horarios conviene manejar, qué encargos tendrá cada quien y especialmente como se vivirá la fe.

Ya con los criterios y el plan, al final conviene que los Padres se aseguren que el plan austero, rico en actividades de crecimiento personal y familiar y, que involucra a todos.

Así las vacaciones podrán incluir diversión, convivencia, cultura, formación humana y robustecimiento de su Fe.