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Los papás, también tenemos tarea.

En una ocasión, al recordarle a un niño que debía apagar la televisión y ponerse a hacer la tarea, éste le preguntó su madre,  ¿a los papás, también les dejan tarea?

Pienso que tú y yo, hubiéramos contestado, no, a mí ya no me dejan tarea. Pero no es así, los padres tenemos todavía una tarea, muy importante y trascendente, sin terminar.

Cuando llevaste a bautizar a cada hijo, el Sacerdote preguntó: ¿están dispuestos a educar a este niño(a) según la Ley de Cristo y de su Iglesia, para que, amando a Dios sobre todas las cosas, ame a su prójimo como a sí mismo?  Tú contestaste .

Los padres somos  los primeros y principales educadores en la fe de nuestros hijos. Tenemos el privilegio y la misión de relacionarlos “con quien más los quiere en este mundo, y quien nos ha preparado a todos una vida eterna de felicidad”. (J.B.)

Está en juego su felicidad, el futuro de la familia y la humanización de la sociedad. San Josemaría dice: “Vosotros sabéis que tienen alma, y que hay una vida más allá de la muerte –una vida de felicidad eterna o de condenación eterna-, y deseáis que vuestros hijos sean felices aquí y allá. ¡Dios los bendiga! (Madrid, 18-X-72)

 “Cuando se deja de creer en Dios -dice Chesterton- ya no se puede creer en nada, y el problema más grave es que, entonces, se puede creer en cualquier cosa”. Quienes  “pierden la fe”, atraídos por distintas ideologías, ignoran su riqueza, y las respuestas profundas y alentadoras que da a las necesidades y deseos más profundos del hombre.

Escuché que mientras San Juan Pablo II, saludaba a unas personas, una mujer le dijo: “dígale algo a mi marido, que tiene mucho tiempo sin confesarse”, el Papa continuó saludando, se detuvo y regresó a decirle al esposo, “¡Vuelve! ¡Qué mal se está lejos de Dios!”

En el artículo, La transmisión de la fe en el postmodernismo, Jutta Burggraf (J.B.) (+), filosofa alemana, escribe: El cristianismo no es una ideología, ni una serie de prohibiciones, “la Verdad que creemos, no es algo, sino alguien, Cristo. No poseemos una doctrina, sino a una Persona, por quien nos dejamos poseer”. Y esto es la “conquista” cristiana.

“Dios es Amor”, y los padres debemos reflejar ese amor, sabiendo que:

  • “Estar en el mundo quiere decir: Ser querido por Dios” (Gabriel Marcel)
  • La Fe es humana y humanizante.
  • Responde a las necesidades y deseos del hombre.
  • Nos da protección y seguridad.
  • Habla con el “lenguaje de nuestras obras”. Cariño, comprensión y amistad.
  • Hay mucho por desarrollar de lo bueno y bello que llevamos adentro.
  • No somos perfectos, pero sí auténticos,- vivimos o tratamos de vivir de fe- luchando.
  • Somos felices, porque encontramos el sentido de nuestra existencia.

¿Cómo educar entonces?  Con la ayuda del Espíritu Santo, que lleva a “tener deseos de animar a otros a dejarse encantar y conquistar por la figura luminosa de CRISTO”, por eso:

  • Enseñamos a amar y servir a Dios y a los demás.
  • Creamos un ambiente cristiano, donde se viven las virtudes humanas y las sobrenaturales.
  • Rezamos y nos mortificamos. Que nada nos aparte de Dios.
  • Participamos en Misa, nos confesamos y comulgamos. Para encontrarnos con Él.
  • Leemos el Evangelio y el Catecismo. Para conocerle y dar razón de nuestra Fe.
  • Fomentamos el amor a la Virgen, a San José, los Ángeles y Santos, porque no estamos solos.
  • Influimos para re-cristianizar la sociedad, “remando contra corriente”

La tarea es continua.

“Tenéis que ayudarles… a que sean santos, sabiendo que en la tierra no seremos santos ninguno. No haremos más que luchar, luchar, y luchar. ¿De acuerdo?” (San Josemaría Escrivá. Valencia. 19-XI-72)

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Rosa E. Ruiz