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¿Tienes algo para darme?

Por Rosa de Carlos

roscarlos@yahoo.com

Postrado a la vera del camino, esperaba que pasara alguien caritativo que me lanzara una moneda. De pronto vi venir un cortejo que rodeaba a una carroza tirada por seis caballos. Pensé: Un gran señor se ha dignado cruzar por esta aldea. Es posible que me deje caer una generosa limosna.

Esperé anhelante mientras la carroza se detuvo enfrente mío. De ella descendió un personaje ricamente ataviado, al que supliqué: ¡Señor, una moneda!… Pero, para mi desconcierto, el gran señor extendió su mano y me preguntó: « ¿Tienes algo para darme?». ¡A mí, al mísero, él le pedía! No podía creerlo, pero seguía delante de mí con la mano tendida…

Vacilando, hurgué en mi raída bolsa, en busca de algo que pudiera dar, algo pequeño que no mermara mis tan escasas pertenencias. Encontré un grano de trigo, que coloqué en esa mano insistente. Él me dijo: « ¡Gracias!». Subió a su carroza y se marchó.

En la noche, al llegar a mi albergue, vacié el contenido de mi bolsa, buscando algún mendrugo que pudiera servirme de cena y, entre los desechos recolectados, estaba el grano de trigo (el que había entregado) ¡pero de oro!

Sollocé amargamente: ¡Señor, debí habértelo dado todo! (1)

Nadie es tan pobre que no tenga algo para dar Rabindranath Tagore, ilustra con este cuento una situación muy común en nuestras vidas: nos sentimos necesitados, pedimos y esperamos el apoyo incondicional de los demás, especialmente en situaciones difíciles, pero, nos olvidamos de que también nosotros tenemos siempre algo que dar: tiempo, sonrisa, servicio, comprensión… La grandeza del servicio Jesús vivió una vida plena de servicio, pasó siempre haciendo el bien sin mirar a quien, enseñó, curó, perdonó… humildemente, lavó los pies a sus discípulos, en su pasión oró por sus enemigos, nos entregó a su Madre al pie de la cruz.

"El que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos." (Mc 10, 42-45) Dios da y pide, pide y da El “gran Señor” nos extiende su mano, escondido en cada uno de nuestros hermanos. “Lo que hiciste con el más pequeño… a Mí me lo hiciste”. Todos los días nos ofrece una infinidad de oportunidades para servir. Nos pregunta una y otra vez “¿Tienes algo para darme?”.

Te invito a hacer una lista de los dones que has recibido: vida, Fe, familia, trabajo, bienes, habilidades, tiempo, educación, sonrisa,… ahora pregúntate, ¿cómo y cuándo puedes ponerlos humildemente y desinteresadamente al servicio de los demás?, hazlo y tendrás el oro, Dios mismo será tu recompensa.

San Mateo 10, 42: “Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.”

Si por el contrario, nos quedamos “postrados a la vera del camino” esperando que los demás se ocupen de nosotros, estamos dándole la espalda al Amor, encerrados en nosotros mismos. Nuestros problemas personales desaparecerán cuando nos preocupemos y nos ocupemos de los demás, porque: “hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20, 35)

El servicio es la razón de la vida cristiana “Jesús, nos ha dado a conocer hasta qué extremo deben llevarse el amor y el servicio…Sólo si procuramos comprender el arcano del amor de Dios, de ese amor que llega hasta la muerte, seremos capaces de entregamos totalmente a los demás, sin dejarnos vencer por la dificultad o por la indiferencia”. (Es Cristo que pasa. San Josemaría. P. 98)

“El que no vive para servir, no sirve para vivir”

(1) http://eltiempoesbreveyelarteeslargo.blogspot.mx/2014/09/rabindranath-tagore-un-cuento-sobre-dar.html